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DOMÓTICA Y/O AMA DE CASA.

Mientras me ocupo de tener todo arreglado desde la noche, para que al día siguiente los niños tomen el desayuno y acudan a la escuela, he olvidado que es sábado y con seguridad irán al campo deportivo. Ante lo cual también hay un protocolo a seguir bajo la premisa de tener todo en línea para competir y ser los mejores.

Por supuesto que es ahora cuando caigo en razón que mis funciones han cambiado tanto que, a veces pienso que pudiere resultar mejor, tener las obligaciones de antes, sin la excesiva prisa de los remolinos con órdenes que surgen por doquier en el hogar; hasta robotizar mi relación con un conjunto de dispositivos para lo cual no he sido preparada.

O tal vez sí. Sólo que ahora aquella agradable función maternal y cuidadora de ser maestra, es asumida con superación de barreras de todo tipo por un folleto que lo explica todo. Que además también ha sido tirado en el cesto de los objetos inservibles, puesto que “Yuluitza” desde su centro de operaciones se conoce la casa al dedillo y con facilidad ordena, dispone y ejecuta acciones que antes yo hacía, con la mejor disposición como parte de mi trabajo de Ama de Casa.

Quizás hasta mi nombre debo pensar en sustituir y en lugar de llamarme “Dolorita” me confundan y me nombren Domótica. Que a decir verdad, hasta más bonito suena. Entre mis brazos puedo sostener un limitado peso y “Yuluitza” ni se inmuta cuando tiene que trasladar pesados muebles, artefactos y demás utensilios, sin manifestar malestar alguno.

Las tareas del hogar vienen a ser las mismas, pero ahora existen una variedad de técnicas orientadas a automatizar la vivienda o edificación de cualquier tipo, que integran la tecnología en los sistemas de seguridad, gestión energética, bienestar o comunicaciones. Lo cual explica la presencia de “Yuluitza” en mi hogar. Impuesta por una demanda en el consumo de bienes y servicios que se requieren para asumir el conjunto de responsabilidades que debemos interactuar con otros, en comunidad.

El semáforo entró al hogar. Aquellas señales son de rutina en todo artefacto electrónico, electrodoméstico, de servicios como lavadora, secadora, lavaplatos, pulidora, aspiradora, reparadora, cafetera, refrigerador, cámara, aire acondicionado, calefacción, luminarias, cortinas, escaleras, puertas, cerraduras, ventanas, rejas, vehículos, bici, motos, ropas, gorros, lentes, dispositivos móviles, computadoras, audífonos, programas, sensores, camas, closets, techos, pinturas, mercados, desechos sólidos, electricidad, agua blanca y servidas cloacas… y hasta los rayos del Sol están en conexión directa con una central que actúa con su mano operativa cuyo nombre ahora comprendo a cabalidad. Es Domótica como se conoce a la automatización de una vivienda o edificación.

Actuando con inteligencia para asumir, por ejemplo, desde cuándo regar el césped, u ordenar el mercado al supermercado que de paso no es necesario ir por ello, ante la evidente rapidez con la cual por poco introducen los productos en la despensa, refrigerador, taller, área deportiva, social, laboral etc.

Mi condición de Ama de Casa me jubiló y ahora controlo otros aspectos que también me generan satisfacción.

He aprendido de sensores que en mi vida jamás pensé. Los existen de todo tipo para usarles tanto desde el interior como del exterior al recinto para lidiar con las cortinas en las ventanas, cerrar y abrir puertas, encender o apagar artefactos de todo tipo, tener control exhaustivo de las necesidades de productos en la despensa, el refrigerador, conectados a una red de supermercados, farmacias, autoservicios, redes sociales. Los exámenes de rutina, las compras de todo tipo de boletería, las consultas médicas, …tiene su archivo que “Yuluitza” controla a la perfección.

Ante estas realidades me pregunto, ¿Será cierto que mi nombre es Domótica?

Y encuentro por respuesta que no. Soy una mujer de carne y hueso con sentimientos y emociones que debo fortalecer y cuidar para defender a mis hijos del control absoluto y total de “Yuluitza”. A quien debo mirar como un acompañante importante en el uso de la tecnología en mi hogar. Teniendo a la sensibilidad como la mejor estrategia para alimentar las relaciones interpersonales entre quienes conformamos este espacio físico y mental llamado HOGAR.

 

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Autor: Eknow

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