AL NIÑO CON CARIÑO.

AL NIÑO CON CARIÑO.

Por: Ysméride J. Astudillo B.

Disfrutar del niño en su disfrute, es un acto impregnado de magia, al estar recubierto por la inmensidad de ilusiones que pululan en su mente. Acerquemos el oído a una conversación sostenida entre niños, y con nitidez volveremos a desear conservar esa dulzura y empaparnos del ilustre manejo de sus emociones. Contemplemos sus primeros jeroglíficos, apuntes, figuras, y con seguridad alcanzaremos lo hermoso de la imaginación, al representar de manera tan peculiar lo que desean plasmar, y con la seguridad empleada.

Hasta llegar a comprender que los niños, constituyen los mejores maestros, en el esplendor del juego como estrategia invaluable de aprendizajes, por la sutileza empleada de no convencer al otro, sino más bien penetrar en el hermoso mundo de la tolerancia. Por eso, en ocasión especial del día del niño, elevamos nuestros sentimientos al viento, en espera de que nos regrese esa sonrisa franca y ese abrazo sensible que se anidan en la niñez, queriendo volver a ser niño y dejar mis maletas de ideas en las alas del papagayo.