Un hombre camina descalzo en la arena de una playa hermosa generando un melifluo que le hace mirar el movimiento agradable de las palmeras de cocoteros altos sobresaliendo entre la espesa vegetación al lado del cauce de un río alimentando con su dulzura la salinidad del mar. Allí se detiene, observa, respira profundo. Mira a los rayos del sol que por días han oscurecido su acaramelada piel.
Camina hacía una silla con respaldar donde tiene su bolso. De donde extrae un cuaderno de notas, un bolígrafo y unos lentes que miman sus claros ojos con firme intención de comunicar a otros lo bello de aquel paraje que le deslumbra. Ver más
No existe, ni debería existir un modelo para relatar lo que vives. Así nace un artículo. De la índole que sea. Siendo lo más trascendental las ganas de quien lo hace. Es un encantamiento que se produce entre la magia que deslumbra algo o alguien y las ganas del observador por dejar testimonios del éxtasis que vive.
Desde un evento inmarcesible hasta una prueba científica viene precedida por la voluntad de quien pretende dejar estelas en el firmamento con sus ideas. Que en conjunto conforman lo que concebimos como artículo. La invitación es a extasiarte cual caminante en la playa, en el confort que te obsequia tu entorno para que desde allí compartas con el mundo, desde ese micromundo, la nobleza de tus pensamientos e ideas con la convicción ha de ser del agrado y con ello del interés de alguien en el orbe que espera de ti la conmoción a través del lenguaje.